Dunas de Marruecos en Semana Santa

lunes 18 de abril de 2011

 

TERCERA ETAPA: LAS DUNAS DE ERG CHEBBI

 

Bueno, el día de hoy ha sido muyyyy intenso. Esto de navegar por las dunas no es fácil pero es apasionante; de hecho todavía no nos creemos lo que hemos hecho y el tramo de dunas tan grande que hemos recorrido cabalgando y cresteando (que en el argot significa subir y bajar como si fuese un tobogán o ir surfeando las dunas por las crestas, cuando son anchas y lo permiten). Menos mal que llevamos una organización magnifica y un montón de compañeros que controlan mucho y navegan con una soltura que alucina.

 

Hemos empezado a las ocho y media quitando presión a los neumáticos; Gonzalo no ha reseteado el medidor de presión y se ha liado a deshinchar hasta que no ha quedado ni gota de aire (la primera en la frente). Todos preparados hemos salido hacia las dunas; tras unas breves clases prácticas e indicaciones, conducía Gonzalo y yo iba de copiloto. Pero tengo que decir que mi sobrina Patricia ha sido la verdadera protagonista de nuestro bautizo en las dunas. ¡Gracias Patri! Desde atrás ha ido explicandonos como trazar y nos ha dado una verdadera clase magistral, ¡un lujo al alcance de pocos! El primero en empanzar ha sido también mi chico, pero eso si, despacito y con clase.

 

A lo largo de la mañana hemos empanzado casi todos, ¡incluso el jefe! Cuando he cogido yo el coche, además de empanzar, como me ha dado envidia Vicente P., he desllantado, algo bastante inusual aquí pero que nos ha permitido probar el fantástico "gato-globo hinchable" que nos ha prestado Raquel y todo se ha solucionado rapidamente.

 

La verdad es que nos ha parecido impresionante la paciencia, solidaridad y espíritu de equipo de todos los compañeros de viaje: ni una mala cara, pegándose todos por sacar la arena de las ruedas. Quiero hacer una mención especial a Pepa, la reina de las dunas y la primera en sacar la eslinga (ese cable que se usa para tirar del compañero y sacarle de la arena). Nuestros guías, Fede y los dos Luises, han llevado a cabo una labor impresionante abriendo nuevas rutas y ayudandonos a los novatos con infinita paciencia. ¡Hip, hip, hurra!

 

Continuamos camino para llegar a comer al oasis y lo conseguimos después de algún que otro contratiempo. Nos hemos tenido que meter en una haima a comer porque la tormenta de arena era importante. También hay que hacer una mención especial al arroz con bogavante que Sergio y Mª José han preparado en un pis pas. Cuando saliamos del oasis, Fede ha tenido un problema con la tracción delantera y nos ha costado salir de las dunas pero con el tesón y la buena voluntad del grupo lo hemos conseguido. Rumbo a a casa por el rio de arena y de paso echar una manita a otro coche atascado en el río y con la tracción rota. La pena es que han tenido que enganchar la eslinga en el carter y a la pobre Pepa le han devuelto su tesoro llenito de grasa.

 

Hemos llegado al hotel pasadas las 7 y con unas ganas de ducha que no veas..teníamos tierra hasta en.... Ducha, descanso (menos el pobre Vicente I.(mi hermano), que como siempre ha tenido que echar una mano a alguno con el motor. Otros en cambio se han puesto guapos, ahí tenéis a Alvaro, el play boy del desierto...

 

Cena y copas en el bar repasando todas las aventuras y desventuras que nos había deparado esta jornada. Hoy si que estábamos cansados y la mayoría se han retirado pronto. Yo me he venido a hacer los deberes y he dejado allí a Victoria, Vicente, I. Luis, Patricia y, como no!! a los incombustibles Pepe y Pepa (¡¡todos de mayores (de más mayores) queremos ser como vosotros!!) que no querían dejar solo a Fede. Y yo me voy a la cama ya que estoy muerta Mañana, más.

 

 

 

 

 

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