Nieve y barro en un bonito e intenso fin de semana

 

El punto de encuentro y base de alojamiento del fin de semana fue, en esta ocasión, el hotel Paraiso de Bujaraiza, situado a la orilla del embalse del Tranco de Beas, en pleno Parque Natural.

 

El sábado, después del desayuno, tenemos el tradicional "briefing", donde explicamos las particularidades de la zona y los pormenores de la ruta correspondiente.

 

Hacemos dos grupos y nos ponemos en marcha, hacia Cortijos Nuevos y El Robledo, donde comienza la ruta. Al poco de dejar el asfalto, empieza a haber nieve en el camino. Esta primera nieve no es muy abundante y la tracción es bastante buena, lo que nos permite seguir sin problemas.

 

El tema se complica cuando empezamos a subir la montaña. A medida que vamos tomanda altura, cada vez hay más nieve en el camino. En una curva, uno de los coches se sale al lateral del camino y tenemos que sacarle con cabrestante. Una vez que está fuera, otros coches (sin ruedas adecuadas) no pueden continuar, resbalando continuamente en la subida.

 

Reagrupamos los coches, según el tipo de rueda. Unos deciden continuar la ruta normal y otros intentan enganchar en un punto del recorrido, haciendo parte de la ruta a la inversa, por un sitio donde aparentemente hay menos nieve.

 

Los que siguen la ruta normal, llega un momento que se encuentran un gran nevero con mucha nieve, que hace imposible el paso. Buscan una salida por caminos en bajada.

 

El grupo que intenta hacer la ruta por la parte con menos nieve, tiene que dar la vuelta en un momento dado, ya que, cuando la pista empieza a tomar altura, se hace impracticable.

 

Ya por carretera intentamos regresar al Robledo, pero queda un tramo de pista de pocos km que también está nevado. Todo transcurre normalmente hasta que uno de los coches se mete en la zanja lateral del camino y nos cuesta bastante sacarlo. Después de una larga bajada, toda nevada, por fin llegamos al Robledo, donde lo celebramos con un buen café.

 

Después de una visita al bonito pueblo de Hornos, regresamos al hotel para la cena.

 

La ruta del sábado transcurre por otra montaña diferente a la del día anterior y no tendríamos taanta nieve.

 

Al poco de salir y después de una breve parada en el mirador de Félix Rodríguez de la Fuente, hacemos una bonita subida hasta la risca del Guijarrón, con preciosas vistas. Nos encontramos algo de nieve, pero aquí lo que prediomina es el barro.

 

Bajamos y nos dirigimos hacia el cortijo perdido (casa de los Masegosos), que visitamos a pie. Después una bonita pista, con mucho barro, que nos lleva a Cortijos Nuevos y al Robledo, donde comemos en el camping.

 

Despedida y cierre de este intenso fin de semana, con mucha nieve y mucho barro.

 

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